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Aimplas usará materiales orgánicos para crear celdas solares fotovoltaicas de mayor tamaño, más económicas y menos contaminantes

Reducir los costes de producción y, al mismo tiempo, poner en marcha la responsabilidad social y medioambiental, es el fin del proyecto Solarflex, impulsado por Aimplas, Instituto Tecnológico del Plástico. En este sentido, el instituto está trabajando en el desarrollo de una nueva generación de celdas solares fotovoltaicas más económicas, flexibles, de mayor tamaño, menos contaminantes y hechas con materiales orgánicos, que puedan sustituir a las de silicio.

En concreto, el resultado de este proyecto financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) y la Unión Europea es el impulso de celdas solares de polímeros flexibles OPV en sustratos de bajo impacto ambiental como bioPET y rPET. Así, Solarflex permitirá evitar la dependencia de otras materias primas y de terceros países. Para hacerlo posible, las celdas están libres de ITO (óxido de indio y estaño), un metal caro, raro y escaso, por lo que se buscan materiales alternativos para disminuir el coste de la celda solar.
De esta manera, se consigue que la industria pueda reducir su dependencia energética de fuentes no renovables e impactar de manera positiva en la economía. “El proyecto supone el desarrollo de nuevas celdas solares cuya fabricación mediante tecnologías de impresión convencional implica una reducción importante del coste de producción y una comercialización a gran escala”, ha destacado la investigadora líder en Ingeniería en Aimplas, Susana Otero. Para el desarrollo de este trabajo, se cuenta con la colaboración de las empresas Bornay, ClearPet, Applynano Solutions, Itera, Sinfiny y Forvia.

Nuevas soluciones de vectores energéticos más económicos y sostenibles
Por otra parte, Aimplas ha avanzado en otros proyectos como MATENERGYH2 para conseguir vectores energéticos, como el hidrógeno, a través de procesos asistidos por catalizadores y el desarrollo de materiales poliméricos. Así, en palabras de Daniela Ramírez, investigadora en Descarbonización en Aimplas, “se podrá realizar su almacenamiento y separación en sectores donde haya una alta demanda energética o se requiera un aligeramiento del peso. De manera paralela, este proyecto puede ayudar a las empresas a implantar tecnologías de generación de hidrógeno adaptadas a sus características y necesidades”.
En este sentido, MATENERGYH2 busca acabar con la dependencia del gas y del petróleo para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, el proyecto desarrolla materiales y tecnología innovadora para la producción de hidrógeno asistida por catalizadores debido a la conversión a través de la gasificación de residuos y la utilización de amoníaco como vector alternativo. Además, cuenta con la participación de empresas clave como UBE, Keraben, Energy Storage Solutions, Greene Waste to Energy, BluePlasma Power y Stadler.
Según explica la investigadora principal del proyecto, esta iniciativa “también servirá para aligerar los sistemas de almacenamiento de hidrógeno. Así pues, se consigue avanzar en el proyecto desde un punto de vista innovador mediante el desarrollo de tecnologías y materiales con características avanzadas”.
De esta manera, MATENERGYH2 supone una nueva solución para que sectores como cerámica, transporte, polímeros, generación de residuos de biomasas, plástico o química, entre otros, reduzcan su dependencia a través de la electrificación de la industria. Todo ello abaratará los costes de producción, por lo que tiene un impacto positivo en su economía, y, por otra parte, tiene en cuenta el medio ambiente mediante tecnologías sostenibles.
 

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Fecha publicación: 09/01/2024

Fuente: Plast 21 revista



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